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Ellos tentaron e irritaron a Dios,
no observaron los preceptos del Altísimo;
desertaron y fueron traidores como sus padres,
se desviaron como un arco fallido.
Lo afligieron con sus lugares de culto,
le provocaron celos con sus ídolos:
Dios lo advirtió y se llenó de indignación,
y rechazó duramente a Israel.
Entregó su Fortaleza al cautiverio,
su Arca gloriosa en manos del enemigo.
Entregó su pueblo a la espada,
se enfureció contra su herencia. |
Ju.XIX-2. |