Audio:
 |
¡Tú
nos has rechazado, Señor, nos has deshecho!
Estabas irritado: ¡vuélvete a nosotros!
Hiciste temblar la tierra, la agrietaste:
repara sus grietas, porque se desmorona.
Impusiste a tu pueblo una
dura prueba,
nos hiciste beber un vino embriagador.
Tú, Señor, nos has rechazado
y ya no sales con nuestro ejército.
Danos tu ayuda contra el
adversario,
porque es inútil el auxilio de los hombres.
Con Dios alcanzaremos la victoria
y él aplastará a nuestros enemigos. |
Lu.XII-2. |