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Reúnanme a mis amigos,
a los que sellaron mi alianza con un sacrificio.
¡Que el cielo proclame su justicia,
porque el Señor es el único Juez!
No te acuso por tus sacrificios:
¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Pero yo no necesito los novillos de tu casa
ni los cabritos de tus corrales.
¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras?
Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara.
El que ofrece sacrificios de
alabanza,
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios. |
Lu.XVI-2 |