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¡Feliz el que pone en el Señor
toda su confianza,
y no se vuelve hacia los rebeldes
que se extravían tras la mentira!.
Tú no quisiste víctima ni oblación;
pero me diste un oído atento;
no pediste holocaustos ni sacrificios,
entonces dije: Aquí estoy.
En el libro de la Ley está escrito
lo que tengo que hacer:
yo amo, Dios mío, tu voluntad,
y tu ley está en mi corazón.
Proclamé gozosamente tu justicia
en la gran asamblea;
no, no mantuve cerrados mis labios,
tú lo sabes, Señor.
** Que
se alegren y se regocijen en ti
todos los que te buscan
y digan siempre los que desean tu victoria:
"¡Qué grande es el Señor!" |
*Do.II-A y B
*Ju.XX-1
*Mi.I-2
**Ju.II-1
**Ma.XXIX-1 |